LOS MEDIOS A MEDIAS
Hace cinco años y ocho meses el mundo de los medios de comunicación se dividió. La caída de las torres gemelas y en general los sucesos del 11 de Septiembre en Estados Unidos marcaron una nueva posición mediática mundial que evidenciaría el gran problema de los medios de comunicación, la particularización.
Con una cobertura total por parte de los medios, las masas mundiales vieron segundo a segundo como dos grandes símbolos norteamericanos eran destruidos. Las impresionantes imágenes de las torres incendiándose, casi predijeron lo que el orbe vería constantemente en los canales y noticias años después, fuego, violencia y terror.
Después de toda una campaña por recuperar el orgullo herido, los Estados Unidos se han ido cuesta arriba con una guerra que hasta hoy no tiene límites. Sangre, violencia y mucho dolor es el resultado que ha dejado la incursión norteamericana en los países orientales de Afganistán e Irak, una guerra justificada en el terrorismo y alimentada por la sed de patriotismo.
CNN la principal cadena de televisión norteamericana es la cuota mediática más sobresaliente de la Unión Americana, se ha encargado de Cubrir hasta el último momento, los hechos que sin duda han estremecieron al mundo.
La cadena por su carácter principal y su influencia en la comunidad, forma parte fundamental en la información del pueblo norteamericano. Su cubrimiento se ha destacado por mostrar grandes marchas de soldados en terrenos vacios y tranquilos, niños y madres árabes libres compartiendo con los soldados americanos, en fin toda una imagen favorable de la invasión en territorio oriental y poco veraz de la guerra, según afirman muchos críticos y periodistas.
El gobierno de Gorge W Bush presidente de Estados Unidos y sus instituciones de inteligencia como el Pentágono marcaron las pautas a seguir en los medios de comunicación en tiempos de guerra.
Para empezar se suscitaron acuerdos entre el gobierno, los periodistas, editores y jefes de redacción de los más reconocidos periódicos y medios, en las cuales se solicitaba no emitir los mensajes del líder de Alcaeda Osama Bin Laden por considerar que eran perjudiciales para la seguridad nacional, ya que se podía tratar de una forma de enviar informaciones subliminales a otros terroristas.
La nula aparición de soldados americanos muertos o cuerpos calcinados después de la caída de las torres, entre muchas otras imágenes por evitar un sentimiento de derrota norteamericana, se convirtió para muchos en una autocensura de los medios.
No obstante para muchos esta forma de utilizar a los medios de comunicación, como mediadores entre el gobierno y la sociedad era justificada, en especial cuando se recuerda, que quienes son los encargados de redactar las noticias son los mismos norteamericanos, tal como ocurrió con el ejecutivo del News Chore, Rupert Murdock, quien dijo al defenderse de los comentarios acerca de la autocensura de los medios “Haremos lo que sea nuestro deber patriótico”.
Las alianzas entre el ejercito norteamericano y los periodistas encargados de cubrir la guerra vislumbraron un panorama claro y ensonbrecedor.
Las imágenes editadas y muy cuidadas se convirtieron en el pan de cada día. Con sentimientos nacionalistas se taparon los cuerpos de cientos de militares norteamericanos que murieron a la par de civiles y militares iraquíes y afganos. Sin embargo, la guerra que era justificable y consecuente para muchos dejo de serlo debido a los diferentes puntos de vista que se pudieron conocer a través de la prensa y la televisión árabe.
Desde las entrañas del medio oriente en una pequeña población llamada Qatar se emitió la señal para el mundo de insólitas imágenes, testimonios y fotografías que retrataban una guerra cruel e intolerante.
“Un punto de vista y su contrario”, con este lema salió a la luz para el occidente, Al Jazeera la cadena de televisión más importante del pueblo árabe. El principal objetivo de esta cadena fue mostrarle al mundo la otra cara de la guerra. Los testimonios de Osama Bin Laden desconocidos por las agencias y las cadenas de televisión de Estados Unidos, los destrozos de Afganistán y el sufrimiento de un pueblo que gracias a la prensa estaba silenciado recobró la voz en lenguas árabes y en imágenes universales, tan universales como la guerra misma y sus consecuencias.
Con un canal de información en lengua inglesa, esta cadena es la única que cuenta con equipos y cámaras en Basora y Mosul, lo que la convierte en la principal fuente informativa del medio oriente.
Debido a su carácter informativo, sin censura, que no teme mostrar imágenes crueles y reales de las verdaderas victimas de la guerra, los civiles. Esta cadena ha enfrentado fuertes críticas y amenazas en su sitio web.
Lo paradójico de esta situación es que a la cadena Al Jazeera se le ha criticado por mostrar imágenes de cuerpos mutilados y de soldados muertos en combate. Pero han sido precisamente las cadenas norteamericanas las encargadas de mostrar a Saddam Hussein colgado de una cuerda con el cuello roto y casi con la bandera de triunfo americana.
En este punto nadie se detuvo a analizar si eran imágenes demasiado fuertes para aquello seguidores de Saddam o si eran demasiado impactantes para el pueblo norteamericano que estaba acostumbrado a las imágenes sencillas y poco descriptivas de los muertos y de la situación de la guerra.
No cabe duda que el mundo mediático de las comunicaciones esta atravesando un momento crítico.
Una doble moral en cabeza de Estados Unidos muestra cada vez más una prensa que anteriormente censuraban, ahora se autocensura bajo la bandera del nacionalismo.
Tal como lo planteaba Kapusinski, sólo se le encontraría justificación a esa autocensura, en el saber que aquellas personas que dan a conocer y recogen la noticia también son ciudadanos. Pero recordemos que mas allá de cualquier teoría, el verdadero periodista siempre muestra las caras de la noticia, buenas o malas, convengan o no.
Con una cobertura total por parte de los medios, las masas mundiales vieron segundo a segundo como dos grandes símbolos norteamericanos eran destruidos. Las impresionantes imágenes de las torres incendiándose, casi predijeron lo que el orbe vería constantemente en los canales y noticias años después, fuego, violencia y terror.
Después de toda una campaña por recuperar el orgullo herido, los Estados Unidos se han ido cuesta arriba con una guerra que hasta hoy no tiene límites. Sangre, violencia y mucho dolor es el resultado que ha dejado la incursión norteamericana en los países orientales de Afganistán e Irak, una guerra justificada en el terrorismo y alimentada por la sed de patriotismo.
CNN la principal cadena de televisión norteamericana es la cuota mediática más sobresaliente de la Unión Americana, se ha encargado de Cubrir hasta el último momento, los hechos que sin duda han estremecieron al mundo.
La cadena por su carácter principal y su influencia en la comunidad, forma parte fundamental en la información del pueblo norteamericano. Su cubrimiento se ha destacado por mostrar grandes marchas de soldados en terrenos vacios y tranquilos, niños y madres árabes libres compartiendo con los soldados americanos, en fin toda una imagen favorable de la invasión en territorio oriental y poco veraz de la guerra, según afirman muchos críticos y periodistas.
El gobierno de Gorge W Bush presidente de Estados Unidos y sus instituciones de inteligencia como el Pentágono marcaron las pautas a seguir en los medios de comunicación en tiempos de guerra.
Para empezar se suscitaron acuerdos entre el gobierno, los periodistas, editores y jefes de redacción de los más reconocidos periódicos y medios, en las cuales se solicitaba no emitir los mensajes del líder de Alcaeda Osama Bin Laden por considerar que eran perjudiciales para la seguridad nacional, ya que se podía tratar de una forma de enviar informaciones subliminales a otros terroristas.
La nula aparición de soldados americanos muertos o cuerpos calcinados después de la caída de las torres, entre muchas otras imágenes por evitar un sentimiento de derrota norteamericana, se convirtió para muchos en una autocensura de los medios.
No obstante para muchos esta forma de utilizar a los medios de comunicación, como mediadores entre el gobierno y la sociedad era justificada, en especial cuando se recuerda, que quienes son los encargados de redactar las noticias son los mismos norteamericanos, tal como ocurrió con el ejecutivo del News Chore, Rupert Murdock, quien dijo al defenderse de los comentarios acerca de la autocensura de los medios “Haremos lo que sea nuestro deber patriótico”.
Las alianzas entre el ejercito norteamericano y los periodistas encargados de cubrir la guerra vislumbraron un panorama claro y ensonbrecedor.
Las imágenes editadas y muy cuidadas se convirtieron en el pan de cada día. Con sentimientos nacionalistas se taparon los cuerpos de cientos de militares norteamericanos que murieron a la par de civiles y militares iraquíes y afganos. Sin embargo, la guerra que era justificable y consecuente para muchos dejo de serlo debido a los diferentes puntos de vista que se pudieron conocer a través de la prensa y la televisión árabe.
Desde las entrañas del medio oriente en una pequeña población llamada Qatar se emitió la señal para el mundo de insólitas imágenes, testimonios y fotografías que retrataban una guerra cruel e intolerante.
“Un punto de vista y su contrario”, con este lema salió a la luz para el occidente, Al Jazeera la cadena de televisión más importante del pueblo árabe. El principal objetivo de esta cadena fue mostrarle al mundo la otra cara de la guerra. Los testimonios de Osama Bin Laden desconocidos por las agencias y las cadenas de televisión de Estados Unidos, los destrozos de Afganistán y el sufrimiento de un pueblo que gracias a la prensa estaba silenciado recobró la voz en lenguas árabes y en imágenes universales, tan universales como la guerra misma y sus consecuencias.
Con un canal de información en lengua inglesa, esta cadena es la única que cuenta con equipos y cámaras en Basora y Mosul, lo que la convierte en la principal fuente informativa del medio oriente.
Debido a su carácter informativo, sin censura, que no teme mostrar imágenes crueles y reales de las verdaderas victimas de la guerra, los civiles. Esta cadena ha enfrentado fuertes críticas y amenazas en su sitio web.
Lo paradójico de esta situación es que a la cadena Al Jazeera se le ha criticado por mostrar imágenes de cuerpos mutilados y de soldados muertos en combate. Pero han sido precisamente las cadenas norteamericanas las encargadas de mostrar a Saddam Hussein colgado de una cuerda con el cuello roto y casi con la bandera de triunfo americana.
En este punto nadie se detuvo a analizar si eran imágenes demasiado fuertes para aquello seguidores de Saddam o si eran demasiado impactantes para el pueblo norteamericano que estaba acostumbrado a las imágenes sencillas y poco descriptivas de los muertos y de la situación de la guerra.
No cabe duda que el mundo mediático de las comunicaciones esta atravesando un momento crítico.
Una doble moral en cabeza de Estados Unidos muestra cada vez más una prensa que anteriormente censuraban, ahora se autocensura bajo la bandera del nacionalismo.
Tal como lo planteaba Kapusinski, sólo se le encontraría justificación a esa autocensura, en el saber que aquellas personas que dan a conocer y recogen la noticia también son ciudadanos. Pero recordemos que mas allá de cualquier teoría, el verdadero periodista siempre muestra las caras de la noticia, buenas o malas, convengan o no.
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