Paramilitarismo en Colombia

A través de la historia podemos ver en diferentes momentos como Colombia ha sido escenario de una lucha de poderes políticos, económicos y sociales, que han derivado en el surgimiento de grupos armados ilegales, que utilizando las armas y el dominio extorsivo, lograron dominar grandes zonas rurales y actualmente ciudades, evidenciado la debilidad del estado.

LOS PARAMILITARES – SURGIMIENTO
Los grupos paramilitares tienen su nacimiento entre la década de 1960 y 1980, según algunos investigadores del movimiento y representantes del mismo,  estos surgen como una respuesta a la ofensiva que las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia)  hacen en el país, en su lucha por dominar el territorio y su disputa con el gobierno.
La poca presencia del estado en zonas periféricas del país y la acción militar guerrillera en espacios rurales, provocaron que grupos de élite de la región buscaran formas de defensa, dando lugar al surgimiento de movimientos paramilitares.
Según Botero (1996), los primeros grupos paramilitares nacieron en Colombia autorizados por la Ley 48 de 1964. Esta ley permitió la creación de grupos de autodefensa, los que posteriormente fueron organizados por medio de la orden interna del Ejército Nacional número 005 de 1969, expedida por el Alto Mando de las Fuerzas Armadas y por medio de otras disposiciones contraguerrilleras como la EJC 3-10.
Las instituciones del gobierno, incapaces de cuidar y proteger los intereses de la sociedad civil, provocaron el agrupamiento de estos movimientos insurgentes con el aval de grupos políticos, lo que generó una alianza que se perpetúa aún en la actualidad.
Los paramilitares atacaron frentes de la guerrilla en todo el país, pero además perpetraron masacres a la sociedad civil, a los que acusaron de colaborar con la guerrilla. Las AUC acusaron al estado central de no proteger las elites regionales, y de promover la guerrilla al negociar con ella, el entonces líder de las AUC Carlos Castaño opinó que “Las AUC eran una respuesta legitima a las FARC, a las que calificó como “La más grande multinacional del crimen” (Romero, 2003:38).
EXPANSIÓN Y DESARROLLO DE LOS GRUPOS PARAMILITARES
Los grupos paramilitares nacieron teóricamente para defender a la sociedad civil de los crímenes y la violencia que ejercían las guerrillas, sin embargo, según información entregada por líderes como Carlos Castaño, Don Berna, Jorge 40, entre otros, su crecimiento y expansión dependió más de las acciones criminales paralelas que desarrollaban en las comunidades para mantenerse, que de los enfrentamientos con los grupos subversivos, entre estas acciones podemos mencionar: alianzas políticas, extorsiones y narcotráfico.
La expansión del paramilitarismo en Colombia tuvo varias vías.  La adelantada por las propias instituciones y estamentos que lo crearon, la propiciada a raíz de la indiferencia de los distintos gobiernos nacionales frente a tal fenómeno, la liderada por gobernadores a través de organizaciones de apariencia legal como fueron las Convivir y la implementada por narcotraficantes consistente en formar grupos armados para su servicio los cuales fueron incorporados al paramilitarismo, incluso comprándole franquicias a éste para evadir de ese modo la acción de la justicia nacional e internacional (Velásquez, 2007:42).

EL NARCOTRÁFICO
El paramilitarismo como actor de guerra, también financió su lucha a través del narcotráfico, en las zonas donde se movieron estratégicamente y lideraron, hubo grandes disputas con las guerrillas por la obtención del poder, y el control económico de este negocio.
La lucha contra la guerrilla era la justificación para iniciar el movimiento, pero los intereses por quién se quedaba con los cultivos y las rutas, fue el determinante para que tomaran fuerza y ambición en su expansión.
La expansión paramilitar no se basó en lógicas contrainsurgentes, sino en objetivos económicos principalmente ligados al control del narcotráfico. Este autor comprueba que su eje de despliegue estratégico se constituye desde las zonas de cultivo y los centros de procesamiento pasando por los corredores que conducen hasta los puntos de embarque. Más específicamente, las Autodefensas buscaron consolidar una especie de línea fronteriza que separara al norte del centro del país, esto con el fin de controlar totalmente los cultivos y laboratorios (Echandía, 2013).
Para los investigadores de las economías de los conflictos armados, la clave de la organización y permanencia temporal de los actores armados ilegales radica en su capacidad de acceso a recursos económicos (Camacho, 2002).
La nueva forma de disputa de poder ya no se basaría solamente en los combates por el territorio y la defensa de las instituciones, sino que incluiría como nuevo actor la política.
La competencia electoral regional entre la guerrilla y los paramilitares evolucionó hacia la lucha por territorios, lo que causó miles de muertos y miles de desplazados. En esta lucha el control por las áreas de cultivos ilícitos, pasó a ser un objetivo estratégico para financiar los enfrentamientos armados (Romero, 2003:40).

ALIANZAS POLÍTICAS
Otra de las acciones que permitieron que grupos paramilitares crecieran y se fortalecieran en diferentes regiones del país fueron las alianzas políticas con las elites, que financiaron y promovieron el movimiento paramilitar para atraer más votos y poder por medio de la coerción de las comunidades.
Las posibilidades de procesos de paz entre el gobierno y la guerrilla, así como el nacimiento de la UP y nuevos partidos políticos de izquierda,  generaron temor en diferentes sectores de elite que impulsaron a través de los paramilitares el exterminio de sus representantes, logrando coartar el liderazgo que tenían en diferentes zonas de Colombia.
Adicionalmente, los paramilitares financiaron y posicionaron nuevos partidos políticos, con el fin de penetrar las instituciones del estado, y lograr la legitimación de su accionar, generando así proyectos de ley y situaciones favorables, para llegar a la vida pública, con un tratamiento político preferencial.
Según investigaciones realizadas por la Corporación Arcoiris, las elites políticas regionales, en su afán, de resistir a los cambios democráticos en el nivel nacional, y a los intentos de negociación de las guerrillas, también tienen la necesidad de apoyarse en el actor armado ilegal y muestran la clara intención de buscar respaldo, dispuestas a responder algunas exigencias de los paramilitares.
Igualmente los paramilitares a través de su influencia en las regiones en las que hacían presencia lograron cambiar el mapa político en 12 departamentos, y transformar parcialmente otros, establecer una gran bancada parlamentaria, influir en las elecciones presidenciales, capturar el poder local, y entrar en un proceso de negociación con el estado.
La ley de justicia y paz, la parapolítica, la presencia de líderes paramilitares en el congreso y el desarme de las autodefensas son algunas de las muestras de la influencia del paramilitarismo en la vida política.

PERMANENCIA
Aunque los desarmes de las AUC durante el Gobierno de Alvaro Uribe, desmovilizaron algunos bloques, no fue suficiente para acabar con estos grupos, y muchos detractores de la ley de Justicia y Paz sostienen que todo fue una farsa y el paramilitarismo mutó a nuevas formas de delinquir desde las áreas urbanas y aún en las rurales, esta vez incluyendo cuotas extorsivas a comerciantes, empresarios, y sociedad civil, manteniendo la lucha por el territorio.

La investigación de la FIP analiza la presencia territorial de estos grupos en los últimos 30 años (1981 a 2012), así como la ubicación de los cultivos de coca, los asesinatos y las masacres. Al cruzar esta información, se concluye que “existe una línea de continuidad histórica que se expresa en la prevalencia de un patrón geográfico de convergencia entre las organizaciones armadas y el narcotráfico”.

Bibliografía
APROXIMACIÓN A LAS DINÁMICAS DEL CRIMEN ORGANIZADO EN LA CIUDAD DE BARRANQUILLA. EL CASO DEL FRENTE JOSÉ PABLO DÍAZ DE LAS AUTODEFENSAS UNIDAS DE COLOMBIA (2000-2006). Luis Fernando Trejos Roser, 2013.
VELÁSQUEZ RIVERA, Edgar de Jesús. History of the paramilitarismo in Colombia. História, São Paulo, v. 26, n. 1, p 134-153, 2007. Disponible online en: http://www.scielo.br/pdf/his/v26n1/a11v26n1.pdf.
PARAMILITARES Y POLÍTICOS, Corporación Arcoiris, Arcanos, marzo de 2007 n° 13. Bogotá, Colombia.
PARAMILITARES Y VIOLENCIA URBANA EN MEDELLÍN, COLOMBIA. Ralph Rozema. Foro Internacional, Vol. 47, No. 3 (189) (Jul. - Sep., 2007), pp. 535-550.

Autoras
Ledy Armirola
Kathy Sarmiento
Maestría en Desarrollo Social - promoción 15

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