Lucy - Luc Besson
A simple vista es una película
común de ciencia ficción, la heroína femenina, primero víctima, transformada en
una mujer valiente que con extraordinaria fuerza va derrotando uno a uno a sus
enemigos y llega al final a una conclusión trascendental, para mi Lucy la
protagonista de la nueva película del director francés Luc Besson, tiene algo
más que una historia irreal que contar.
Ya conocido por sus mujeres de
hierro, Lilu (Quinto Elemento) Mathilda (León el Profesional) Nikita (La Femme Nikita) entre otras mujeres de carácter que describen en todas sus facetas la
esencia femenina, Besson se ha destacado por desentrañar historias que ponen al
espectador a girar entre el lado real e irreal.
Para mi Lucy fue una película
fascinante, cargada de acción, belleza y drama al mejor estilo del director,
pero con un componente adicional que considero reforzó aunque sutil de forma
clara, la ciencia y el origen del conocimiento para el hombre, enfrentó las ideas del ser
humano superior que siempre nos expone, a los científicos tradicionales que
hacen de las verdades nuestra actual realidad, la que no invita a la metafísica
a la mesa.
Las escenas nos transportan a
diferentes etapas del mundo, la actuación de Johansson sobresale, es creíble,
casi inmóvil, inhumana, pero quien se roba las miradas es Min-sik Choi, en su
papel de Mr. Jang, un malo con
ecuanimidad que nos lleva a través del lenguaje, la fisionomía y la actitud a
Taipei, Asia, a otro continente aún sin explorar para occidente en lo audiovisual.
Y si el mundo es así, y si el
cerebro desarrollara esa capacidad y pudiéramos ver que formamos parte del
todo, ¿Qué es lo imposible? ¿La posibilidad? … ¿Y si ya existen seres humanos
con esa capacidad y conviven con nosotros? … Ya decía Carl Jung, "Todas las
obras del hombre tienen su origen en la fantasía creadora. ¿Qué derecho tenemos
entonces a la amortización de la imaginación?”.
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