La ternura como fuerza creadora

¿Quién no ha visto los ojos de un niño y sentir que su alma se enternece?

Imagen de Daniel Nebreda en Pixabay


El mundo entero está atravesando por circunstancias dolorosas, la muerte, las catástrofes, la guerra, las enfermedades, la violencia y tantas cosas más que nos preocupan y nos generan ansiedad de vivir la vida, mucha incertidumbre acumulada en pocos meses. Para algunos ha significado la destrucción de planes y proyectos que llevaban años construyendo, mientras que para otros es el inicio de una nueva vida.

 

Cualquiera que sea tu posición, quiero traer a la reflexión la importancia de la ternura como forma de expresar amor y compasión. Creo profundamente que al margen de nuestras diferencias, en la forma, también están las respuestas a muchas de nuestras preguntas.

 

Brindar cariño, ser afectivos, emocionales, tener el corazón abierto, ser sentipensantes como lo planteaba Eduardo Galeano. Estamos incompletos si no cedemos ante el amor, ante los susurros, ante las caricias, las miradas, las palabras bonitas.  Aprender a dar amor y ser capaces de recibirlo, dejarse querer, pero querer bonito, sintiendo que te lo mereces y en esa medida devolver cariño con respeto, entregar.

 

La ternura alivia el alma, le trae paz y sosiego. Diversos filósofos y pensadores en el mundo se han preocupado por reflexionar alrededor de ella. Decía Lao Tsé, lo débil y lo tierno vencen lo duro y lo fuerte; Gioconda Belli planteaba, la solidaridad es la ternura de los pueblos; y el gran Oscar Wilde expresaba que en el arte como en el amor, la ternura es la que da la fuerza.

 

Todos coinciden en la importancia de la ternura como una forma de romper lo que parece irrompible, por eso cuando leí recientemente en una publicación feminista que la crítica al amor romántico no implicaba el abandono de la ternura, sentí que habíamos llegado a reflexiones verdaderamente importantes, porque la forma sí importa, cuando construye y marca un camino.

 

Algunas investigaciones hablan de la importancia de la ternura en la educación. En este sentido el escritor colombiano Arnobio Maya plantea que es necesaria la reinvención de la pedagogía que se ha reducido a los fundamentos racionalistas, mecanicistas y académicos, que ha abandonado la enseñanza desde las emociones y la sensibilidad. Por su parte, Hugo Assmann sostiene que en la sociedad del conocimiento, el aprendizaje constante se erige como un principio de transformación que sin el placer y la ternura pierde el sentido de ser, pues asegura que es sobre todo un proceso corporal, en el que intervienen los sentidos.

 

Los experimentos del japonés Masaru Emoto mostraron que cuando le hablas de forma amorosa al agua las partículas se transforman en preciosas formas de cristales, mientras que cuando lo haces con palabras groseras, duras, de odio, se convierten en formas caóticas. Imagina entonces todo lo que puedes hacer por tu cuerpo si te hablas bonito y lo que puedes hacer por los demás.

 

Cuando se dice que las mujeres somos más sensibles y emocionales, siempre pienso: que suerte que seamos así, cuánto calor y cariño hay en el abrazo de una madre, en el consuelo de una amiga, en los besos de la pareja que amamos, porque eso es lo que realmente siempre recordamos, el cariño que nos dan.

 

Los invito a que sean ternura y tomen con cariño cada etapa de su vida, a que se hablen y le hablen bonito a la gente, a que transformemos nuestras relaciones con dulzura.

 

Imagen de Free-Photos en Pixabay 


 

 

Comentarios

Entradas populares