III IXEL MODA
Hace poco asistí a la III versión de Ixel Moda, el congreso académico del mundo de la moda latinoamericana que se realizó en Cartagena de Indias del 27 al 29 de septiembre y que reúne a conferencistas y gomosos de este sector en torno a la reflexión sobre las nuevas tendencias y formas de ver este medio.
Al principio me topé con lo que llamaré el universo fashionista, jóvenes estudiantes de diseño, luciendo sus últimas pintas, tal vez confeccionadas por ellos, tal vez diseñadas por otros, lo que estaba claro, era que tenían en común el gusto por la moda y no porque se vieran exactamente bien vestidos, no bajo mis estándares, al fin al cabo la moda es subjetiva.
Estaban los de pasarela, hombres y mujeres, modelos altas y espigadas con cinturas perfectas y caderas delineadas que se paseaban tranquilas por el lugar luciendo con sencillez sus cuerpos, lejos de lo que muchos creeríamos, se ven más cómodos y relajados que otros visitantes.
Están los conferencistas y académicos, esos que exudan moda por sus poros, que hablan de tendencias, estrategias de mercado, laboratorio de medios, de investigación, de ver la moda bajo otra óptica, de darle valor a la prenda, al zapato, al color, los que caminan con un orden e intentan arreglar el desorden en el que los medios de comunicación metieron a la moda, la que la asocia con farándula, la que se transmite frívola y sin sentimientos, la que parece ser tan banal, que no permite ver la importancia y la historia de los jeans que llevamos puestos.
Y están los de siempre, los faranduleros, los que no entran a las conferencias porque pierden tiempo valioso para lucirse, los que recorren el lugar esperando que los observen, que van sin rumbo porque en la moda todo se puede.
De las grandes reflexiones que se hicieron en el congreso hubo varias que vale la pena mencionar, Carol García, una brasilera especialista en comunicación y semiótica, habló sobre la importancia de hacer ver y mostrar a la moda como una industria de fortalezas, de asumir con identidad que no se trata de ninguna frivolidad, de algo light o sin importancia, nos invitó a mirar a nuestro alrededor y analizar cómo estamos influenciados por las ideas de esta industria y a reflexionar con personalidad que asumir el gusto por las tendencias es más una muestra de carácter que la falta de él.
El laboratorio de investigación de tendencias de consumo en la era de la RSE, estuvo a cargo de Geanluigi Pimentel de Chile un publicista que habló sobre las nuevas formas de mirar al consumidor, un conversatorio sencillo que mostró a través de comerciales, experiencias y estadísticas la necesidad de ver a los clientes como aliados y seres humanos, personas de carne y hueso con vivencias y fracasos capaces de reinventarse así mismos con nuestros productos.
Fueron tres días de interesante reflexión, donde se encontraron en un mismo lugar, tendencias, disertaciones sobre la moda y por supuesto las “pintas” las que hacen que un evento de este no pase sin trascendencia.
Al principio me topé con lo que llamaré el universo fashionista, jóvenes estudiantes de diseño, luciendo sus últimas pintas, tal vez confeccionadas por ellos, tal vez diseñadas por otros, lo que estaba claro, era que tenían en común el gusto por la moda y no porque se vieran exactamente bien vestidos, no bajo mis estándares, al fin al cabo la moda es subjetiva.
Estaban los de pasarela, hombres y mujeres, modelos altas y espigadas con cinturas perfectas y caderas delineadas que se paseaban tranquilas por el lugar luciendo con sencillez sus cuerpos, lejos de lo que muchos creeríamos, se ven más cómodos y relajados que otros visitantes.
Están los conferencistas y académicos, esos que exudan moda por sus poros, que hablan de tendencias, estrategias de mercado, laboratorio de medios, de investigación, de ver la moda bajo otra óptica, de darle valor a la prenda, al zapato, al color, los que caminan con un orden e intentan arreglar el desorden en el que los medios de comunicación metieron a la moda, la que la asocia con farándula, la que se transmite frívola y sin sentimientos, la que parece ser tan banal, que no permite ver la importancia y la historia de los jeans que llevamos puestos.
Y están los de siempre, los faranduleros, los que no entran a las conferencias porque pierden tiempo valioso para lucirse, los que recorren el lugar esperando que los observen, que van sin rumbo porque en la moda todo se puede.
De las grandes reflexiones que se hicieron en el congreso hubo varias que vale la pena mencionar, Carol García, una brasilera especialista en comunicación y semiótica, habló sobre la importancia de hacer ver y mostrar a la moda como una industria de fortalezas, de asumir con identidad que no se trata de ninguna frivolidad, de algo light o sin importancia, nos invitó a mirar a nuestro alrededor y analizar cómo estamos influenciados por las ideas de esta industria y a reflexionar con personalidad que asumir el gusto por las tendencias es más una muestra de carácter que la falta de él.
El laboratorio de investigación de tendencias de consumo en la era de la RSE, estuvo a cargo de Geanluigi Pimentel de Chile un publicista que habló sobre las nuevas formas de mirar al consumidor, un conversatorio sencillo que mostró a través de comerciales, experiencias y estadísticas la necesidad de ver a los clientes como aliados y seres humanos, personas de carne y hueso con vivencias y fracasos capaces de reinventarse así mismos con nuestros productos.
Fueron tres días de interesante reflexión, donde se encontraron en un mismo lugar, tendencias, disertaciones sobre la moda y por supuesto las “pintas” las que hacen que un evento de este no pase sin trascendencia.
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