Marie, una extraordinaria mujer común

Marie en su laboratorio

La noticia del Premio Nobel de química otorgado a la bioquímica estadounidense Jennifer A. Doudna y a la microbióloga y bioquímica francesa Emmanuelle Charpentier por el desarrollo de un método para la edición del genoma humano, ha resucitado el debate del papel de las mujeres en la ciencia. Y es que, en 119 años de Premios Nobel sólo 58 mujeres se han llevado este honor, frente a los más de 800 hombres que lo han recibido. 

Esto por supuesto no ha sido casual, es el reflejo de una sociedad en la que históricamente se ha relegado el papel de la mujer a ámbitos privados y a roles relacionados con el cuidado y el hogar. Si bien los tiempos están cambiando y ellas comienzan a tener más representatividad en diferentes sectores científicos y públicos, aún falta mucho para derribar el llamado techo de cristal (barreras que existen en el campo laboral para que las mujeres logren ascensos y mejores logros profesionales). 

Entre las mujeres que han hecho historia no solo por sus logros científicos y profesionales, sino por su intensa lucha para abrir espacios en la sociedad para la mujer, está Marie Curie, la científica que más despierta pasión. 

Imaginen la fuerza que tenía para sostenerse en debates reservados a unas élites masculinas

Descubrí a Marie ya a mis treinta años, antes había leído sobre ella, pero la verdad no tenía curiosidad por su vida más allá de sus logros científicos. Por algún motivo la veía lejana, casi inalcanzable, una especie de mito que renacía con cada frase que leía en las páginas de las redes sociales de los grupos feministas. 

Pero cuando llegué a Paris para terminar mis estudios de maestría, surgió en mi la curiosidad por recorrer sus pasos. Paseé por la Sorbona, el Instituto Curie donde se realizan estudios especializados para la lucha contra el cáncer, el museo creado en su honor y los lugares en los que se dice anduvo. Su vida, me había comenzado a resultar curiosa y es que en Europa es todo un hito femenino, las feministas la evocan no solo por su legado profesional, sino por el coraje con el que superó todas las barreras que tuvo enfrentar para ser una mujer científica. 

Meses después, la biografía Marie Curie y su tiempo, escrita por José Manuel Sánchez Ron llegaría a mis manos de forma casi mística y con la misma sorpresa con la que descubriría las penurias que tuvo que pasar, antes de tener si quiera una oportunidad profesional en la vida. 

Sentada poniéndome los patines en pleno parque El Retiro de Madrid, un hombre en situación de calle se me acercó con una pila de libros, ofreciéndome tomar uno. Lo miré y le dije que no quería ninguno, bajé la mirada para continuar y él insistió, esta vez diciéndome que no quería dinero, volví a decirle que no, pero él estaba decidido y espetó con una voz ronca llena de seguridad: “uno es para ti” entonces levanté la mirada y al toparme con la suya, ya no me pude negar. Me dio la espalda y mientras lo observada alejarse leí el título del libro que dejó sobre mi regazo, era la biografía de Marie, nada menos que la historia de su vida. 

Introducirse en su biografía es descubrir la historia de una mujer que se sobrepuso a una vida convulsa y llena de vicisitudes. Para sostenerse fue institutriz, trabajó arduamente como profesora al tiempo que estudiaba y tuvo una vida precaria en medio de una Paris cambiante que le ofreció un espacio en la ciencia. 

No son pocas las virtudes que lleva a cuestas esta polaca, nacida en Varsovia en 1867. Licenciada en física y matemáticas por la Universidad de la Sorbona, en Paris, fue la primera persona en ganar dos premios nobel en diferentes campos científicos, uno en física (1903) y otro en química (1911). Sus investigaciones junto a su esposo permitieron el descubrimiento de la radioactividad y posteriormente el polonio y el radio. Estos descubrimientos han sido determinantes para realizar desarrollos científicos en los campos de la medicina y la física nuclear. Además, fue la primera mujer en obtener una catedra en la Sorbona, entre muchos otros logros. 

Marie y Pierre

Encontró el amor en los mismos laboratorios donde se apasionó por la química, junto a Pierre Curie, un hombre igual de potente que ella. Y es que la historia nos ha mostrado repetidamente que solo un hombre con coraje puede acompañar a una mujer así, afortunadamente existen y son capaces de exigir un premio nobel para su compañera, de compartir los honores y de elevar las circunstancias de su tiempo para darle lugar a una mente brillante que más tarde produciría ciencia que sanaría el mundo. Por eso nacen, por eso se juntan. 

A veces he fantaseado con las conversaciones que tenían en esos laboratorios, reescribiendo formulas y mezclando químicos; riéndose de las carencias, de las primeras pilatunas de Irene y a lo mejor soltando desenfadados las muestras para ir a calmar la pasión en algún rincón. Dos científicos enamorados, dos mentes brillantes en constante transformación. 

Marie la madre

Quiero transmitirles el principal mensaje que me dejó leer su biografía. Es el relato de una mujer fuerte que supo sobreponerse a todas las barreras posibles, a un momento histórico en el que convertirse en científica era una travesía, pero es también la historia de una mujer simple, débil, pasional, madre, esposa, la vida de alguien común, que encontró en seres humanos iguales a ella, la fuerza para creer y continuar. 

Ser mujer y ser hombre no ha sido fácil en ninguna época, pero si tienes que reflexionar hoy, mira a tu alrededor y dime ¿cuántas Marie Curie ves? si ya tienes la respuesta, es hora de comenzar a apoyarlas, de compartir los reconocimientos, de darles un espacio a estas mujeres, porque probablemente en su mente y sobre todo en su corazón, llevan los secretos para salvar vidas, para crear curas, para elevar el mundo a ser un lugar mejor. 

Marie en su laboratorio. Imagen: Wikimedia Commons.

Enhorabuena a Jennifer y Emmanuelle por seguir su legado y ser la inspiración de las científicas del presente y del mañana.

Comentarios

Dalia M. Bonilla C ha dicho que…
La magia radioactiva de Marie Curie ahora quiero saber más sobre su vida.
Paola ha dicho que…
Me encanta este comentario! gracias Dalia

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