Mi recuerdo de Pablo
Cuando su muerte saltó en las
noticias ese viernes, en aquel único televisor de la sala de mi casa, mis papás
estaban tan atentos a la pantalla que era inevitable que yo lo viera, supongo
que pensaron que no entendería de qué se trataba, o estaban tan sumidos en
aquel acontecimiento que no se percataron de que su hija también veía con
atención, ellos tenían razón, yo no entendí, no sabía en verdad quién era ese
hombre y por qué mi mamá y mi papá tenían cara de felicidad por su muerte ¿acaso la muerte significaba alegría?
Pero si mi mamá y mi papá estaban
felices, yo también, así que después de ver junto a ellos la noticia, salí a jugar
a la terraza, miré al cielo y repetí como un loro, lo que le escuché decir a mi
mamá, por fin habrá paz en Colombia…
Hay muchas personas en mi país
que no tuvieron la misma suerte que yo, hay quienes sí fueron victimas de
bombas, de familiares asesinados, de terrorismo y de muchas acciones que
implicaron violencia, porque la violencia en Colombia no ha sido solo muerte,
ha sido mucho más, ha creado en ciertos sectores una degeneración del tejido
social, ha creado una cultura de la mafia, un facilismo, una ambición desmedida
por hacer mucho, aparentar mucho, pero que cueste poco, que hoy persiste y es
una de nuestras más tristes sombras.
Después de verme la película Loving Pablo (Escobar, la traición) protagonizada por Penélope Cruz y Javier Bardem, reviví aquel momento
de la transmisión, la historia contada desde la perspectiva de la ambiciosa periodista
me llevó a esos primeros encuentros con la pantalla, a esos personajes
invencibles que terminan muriendo en los techos, y también a cuestionarme a aquellos
que los veneran.
El spanglish de la película no me
gustó, o hablas inglés o hablas español, o hablas como paisa o como colombiano,
no con ese acento entre español y latinoamericano. Es una película entretenida,
clara, cuenta una historia que, aunque todos conocen su final, sorprende con
buenas escenas, actuaciones y ambientación de la época, desde mi perspectiva nada que antes no se haya dicho. Revive a un Pablo sádico,
cínico, violento, cariñoso, y familiar, tal como lo describían quienes lo conocieron.
Pablo Escobar inspiró amores y odios
en quienes vivieron su época más terrible, en quienes hemos conocido su
historia a través de las pantallas, asombro, incredulidad, silencio, pero nunca
admiración, tanta maldad no tiene justificación.
Cuando me conocen y saben que soy
colombiana, siempre me preguntan animados por Pablo, como si fuera un familiar
lejano, y yo me pregunto, ¿creen ustedes que hay algo sobre lo cual pueda sentirme
orgullosa?
Vayan a ver la película y me dicen qué tal.
PD: por cierto, en España, la puedes ver en Netflix.
Vayan a ver la película y me dicen qué tal.
PD: por cierto, en España, la puedes ver en Netflix.
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