COLOMBIA, EL PAPEL DE LA INNOVACIÓN EN EL DESARROLLO AMBIENTAL SOSTENIBLE
En los últimos diez años en Colombia ha
surgido un movimiento cada vez más grande de promotores del desarrollo sostenible,
desde líderes políticos, partidos, comunidades, hasta empresas y medios de
comunicación le han apostado a apoyar esta tendencia mundial, que lleva a los
países y a sus ciudadanos a ir un poco más allá de su mirada inicial sobre la
forma cómo se promueve el desarrollo social.
Por desarrollo sostenible entendemos el proceso mediante el cual se satisfacen las
necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente
sano de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas
a las generaciones futuras, según el
Informe Brundtland (1987) realizado por la
Comisión Mundial de Medio Ambiente y
Desarrollo de Naciones Unidas.
LAS
LLAMADAS INICIATIVAS VERDES
¿Y qué está haciendo
Colombia con respecto a esto? Las respuestas van y vienen, por una parte las
políticas públicas han girado aunque a paso lento hacia este objetivo, ejemplos
como: “Piensa Colombia: porque el futuro se
construye hoy” liderado por el Congreso de la Republica de Colombia en el año 2008,
reunió a un grupo de expertos, académicos y ciudadanos del país en torno a la
búsqueda de soluciones y alternativas sobre hacia dónde el país debía dirigir
sus políticas públicas relacionadas con el medio ambiente, dando así un espacio
abierto a la contribución y participación en temas de interés nacional y
especialmente del medio ambiente.
En 2010 se involucró el concepto de consumo
sostenible en la nueva “Política Nacional de Producción y Consumo Sostenible” que
se orientó a cambiar los patrones insostenibles de producción y consumo de
diferentes sectores productivos del país, lo que se buscó fue contribuir con la
reducción de la contaminación, y por ende la conservación de recursos,
estimulando así el uso sostenible de la biodiversidad como base para la
competencia empresarial.
Aunque han surgido muchas iniciativas, temas tan sensibles como la inversión en I+D
sigue siendo uno de los retos de Colombia en materia ambiental y social, para
superar las problemáticas que se presentan en sus regiones. La innovación
parece quedar rezagada a la iniciativa de unos pocos y a la multiplicación de
la necesidad de muchos.
I+D
De acuerdo al Observatorio Colombiano de
Ciencia y Tecnología –OC Y T—Colombia invirtió en el año 2012 el 0.17% de su
PIB, en ciencia, tecnología e
innovación, en este mismo sentido, la financiación de I+D por tipo de recurso
provino en un 54.73% del sector público, 40.30% del sector privado y el 4.9%
restante internacional.
En un análisis general Colombia pasó de
invertir el 0.11% en el 2002, a 0.17% en el 2012, casi 10 años después sólo se
ha incrementado en un 0.6% la inversión en I+D, mientras que países de la
región como Argentina invierten el 0.70%, Brasil el 1.62%, o Cuba con el 0.90%
por mencionar los más relevantes.
De acuerdo al Índice Global de Innovación del
Insead, en el 2012 Colombia ocupó el puesto 65 entre 141 países de la muestra.
Aunque la investigación no está directamente
relacionada con la innovación, si es el marco ideal para que se den estos procesos.
En una sociedad innovadora la búsqueda de nuevas soluciones más eficientes
comienza en la base misma de la organización social.
COLOMBIA
BIODIVERSA- UNA OPORTUNIDAD DE DESARROLLO
Colombia es uno de los cinco países del mundo
con mayor diversidad ecológica, ya que con sólo el 0,7% de la superficie
continental posee cerca del 10% de la diversidad biológica mundial. Esta
biodiversidad está representada en una gran variedad de ecosistemas y especies
(de flora y fauna), tanto terrestres como marinos, que en su conjunto generan
una impresionante riqueza genética. Además, existe una extensa diversidad
étnica y cultural: 84 grupos indígenas que representan un 2% de la población y
habitan 1.500 comunidades ubicadas en 27 de los 33 departamentos. Sin embargo,
es evidente que el país vive un proceso acelerado de transformación de sus
hábitats y ecosistemas naturales y culturales que amenaza su diversidad. [1]
Actividades como la investigación en
biotecnología, biodiversidad, calidad de aguas, explotación sustentable, entre
otros son puntos estratégicos en investigación e innovación para el país, toda
vez que sus recursos le permiten no sólo
la exploración de estos temas, sino también ser pioneros en el mundo debido a
su valor único.
En este campo podemos mencionar que la OCDE
en su informe de indicadores de Investigación en Ciencia y Tecnología para
Colombia 2012, muestra que el mayor número de graduados en programas nacionales
de doctorados por área pertenece a las ciencias naturales y exactas, con un
38.88%, para un total de 444 en el 2011, siendo líder, biología, microbiología,
y afines, seguido por física y matemática, mostrando que esta es un área
sensible para el país en investigación.
En materia ambiental Colombia tiene un largo
trecho por recorrer no sólo a nivel normativo, sino a nivel organizacional para
promover en los sectores productivos y de investigación, nuevas formas de
gestión de la innovación que comprometan procesos para la correcta utilización de
los recursos ambientales. Aunque en un principio parecen actores antagónicos el
ambiente y la innovación, puesto que esta última está asociada con la
industrialización y por ende con el deterioro del medio ambiente, el éxito radica
en la necesidad de entender la innovación como un instrumento para el
aprovechamiento de los recursos sin su destrucción.
Es un reto para los investigadores y profesionales
colombianos apostarle al desarrollo ambiental sostenible desde la
concientización del valor de la innovación en el aprovechamiento de los
recursos.
Comentarios