Las contradicciones de la cuarentena


No, no haré un diario de la cuarentena, básicamente porque no me apetece, creo que este está siendo un tiempo raro para todos, demasiado atípico como para concentrarme en escribir sobre lo que hago o no, además para ser honesta pienso que a nadie realmente le importan estas cosas.

Pero han despertado mi atención dos cosas, que no quiero dejar pasar por este blog, diría dos posiciones que asume la gente en cuarentena, que de alguna forma se enfrentan, por un lado, las personas mega productivas y por otro las que no quieren hacer nada, de nada.

En el lado de las personas mega productivas, esta cuarentena ha sido una especie de faro, que los ha guiado a hacer todo aquello que no habían podido o querido por falta de tiempo o cualquier otra razón. De alguna forma, en este tiempo han cocinado las recetas que soñaban, hecho los cursos online que habían dejado para después, arreglado el closet, escrito los proyectos, combinado el teletrabajo con las tareas de los niños, los oficios de la casa y la lista se podría volver interminable.

Y por otro, los que no hacen nada, los que se levantan y el ánimo solo les alcanzan para planificar qué comer y cuándo volver a dormir y si tienen que trabajar, restringir sus horarios estrictamente a los deberes.

Lo que me sorprende es observar tantos juicios, no es necesario atacar una posición para simplemente aceptarla, hay gente que puede y quiere hacer cosas en cuarentena, a algunas las libera, les da un respiro, las calma, las llena de energía, de ilusión, entonces ¿por qué no? Y los que no quieren ni pueden hacer nada más que lo que les toca, también tienen razón, eso es lo que les apetece, entonces por qué imponerles la idea de que tienen deberes por hacer.

Mi punto, es que vivimos en una constante disputa sobre lo que se debería hacer y lo que no, a veces a esos mega productivos les llega una semana en la que lo único que quieren ver es la almohada y a los que no quieren hacer nada les salta la musa, porque en el fondo, las condiciones de todos no son las mismas, no es lo mismo una cuarentena rodeado de comodidades y bienestar, a una cuarentena en la que te coma la incertidumbre del mañana, no es lo mismo para alguien que sufre de depresión y ansiedad, que para alguien que no lo sufre. Este es un momento para reflexionar que es verdaderamente importante aceptar nuestras diferencias y respetar a los demás.

Prácticamente todos mis amigos me han dicho que el teletrabajo está siendo un desafío, no solo por las condiciones ambientales propias del lugar, quiero decir, tener un buen escritorio, dispositivos tecnológicos, conexión a internet y lo más importante, concentración (varia por múltiples causas, desde familiares, hasta personales), sino porque estamos en un momento de demasiada incertidumbre, en el que incluso si nos replicaran la oficina en la casa, estamos atentos a lo que pasará, tenemos curiosidad y es completamente normal sentirse así.

Entonces si usted hace parte de alguno de estos dos grupos, sienta la libertad de hacer lo que quiera, y si lo quiere compartir en redes hágalo también. Siempre han existido este tipo de personas, lo que pasa es que ahora se notan más, porque encerrados, una de nuestras principales distracciones es mirar por las ventanas de las redes lo que hacen los demás, pero recuerda, siempre tienes la opción de desconectar.



Comentarios

Entradas populares