La amistad un ejercicio de tolerancia

Hace poco conversaba con una psicóloga sobre lo importante que es la amistad en el apoyo de procesos clínicos y enfermedades, especialmente aquellas que vulneran y traspasan no sólo lo físico sino lo social, de hecho toda enfermedad lo hace.

Esta conversación surgió de mi experiencia personal con mi amiga de la infancia y que aún hoy sigue siendo una persona importante en mi vida, seguimos siendo amigas, cómplices y mujeres con cosas en común, a su pregunta sobre cómo habíamos logrado mantener más de 18 años de amistad, yo sólo pude responder tolerancia, no hay más, las diferencias han existido, las separaciones, las discusiones, los celos, las excusas, la ausencia, la distancia, tantas cosas, que en verdad lo único permanente ha sido la certeza de saber que estás frente a un ser especial, que te despierta amor y eso lo hace incondicional.

También comencé a pensar en las nuevas amistades que llegaron y aún permanecen y continua la tolerancia siendo la constante, respetar las diferencias, no solo aceptándolas, no, incluso discutiéndolas, de eso se trata, de aprender del otro, aunque quizás sea el trabajo más difícil de ser amigos.

Un amigo, escribía en su muro de Facebook, sobre la supuesta rivalidad que existía entre mujeres, que las mujeres encontraban mejores amistades en hombres que en mujeres o en homosexuales…Déjenme dudar de esa afirmación, no por la condición de género, sino por la discriminación que implica creer que las mujeres nos envidiamos todas, nos odiamos y no podemos convivir, cuando decides convertir una relación ya sea con hombres o mujeres en amistad, se transforma en un elección donde decides permanecer o no y tal como una relación de pareja, parte de crecer está en aceptar que no todo es perfecto.

Sobre los verdaderos amigos, estoy de acuerdo que son pocos, compartir proyectos, amores y salidas requiere su tiempo y afinidad, no todas las personas están dispuestas a entregar y no siempre una lo está.

Tener verdaderos amigos sí es posible, confiar es necesario, nos hace humanos y seres sociales, se imaginan el mundo sin poder compartir con la gente que amamos,  debe ser muy triste, en cambio pensar en los momentos en los que compartimos con las personas que nos agradan y queremos, es vitalizante, es amor.