COLOMBIA, ENTRE LAS BARRERAS HACIA LA DEMOCRACIA, LA JUSTICIA Y EL DESARROLLO SOCIAL
Son
muchas las discusiones que se han dado en Colombia en la última década debido al
creciente interés político y social de
su población y en especial de la clase política por buscar un camino hacia la
paz que lleve no sólo a la reconciliación sino a una construcción real de los
tejidos sociales del país.
El
debate está dado en los diferentes escenarios públicos, para abrir paso a los beneficios
o fracasos que conllevan procesos de paz y otras estrategias que permita la
superación de conflictos armados, que históricamente han marcado la historia
social de Colombia y determinado en muchos casos el desarrollo de sus regiones.
Entrados
ya en el tema del desarrollo social, se buscará en este ensayo tener un
acercamiento a los conceptos que subyacen la manera como se describe el entorno
actual del país en el marco de estas definiciones, deudas pendientes de acuerdo
al sentido estricto del concepto y análisis desde diferentes puntos de vista en
la que conceptos como democracia, justicia e igualdad parecen estar
estrechamente ligados al desarrollo social.
Democracia en América Latina,
aproximación al concepto
En sentido estricto, la democracia es una forma de
organización del Estado en la cual las decisiones colectivas son adoptadas por
el pueblo mediante mecanismos de participación directa o indirecta que
confieren legitimidad a sus representantes. En sentido amplio, la democracia es
una forma de convivencia social en la que los miembros son libres e iguales y
las relaciones sociales se establecen de acuerdo a mecanismos contractuales.
Como sistema político son varios los procesos históricos que
ha tenido desde sus inicios, que se
ubican hacia el año 500 a.C con la civilización Griega, la cual planteó las
bases teóricas del concepto de la misma, hasta pasar por unos cambios y
adaptaciones a lo que se conoce en la actualidad.
En el siglo XVII y XIX luego del gran proceso revolucionario
que predomino en Europa, pensadores, políticos y filósofos, promovieron a
través de sus pensamientos y reflexiones, pero sobre todo acciones la elección de gobernantes legítimos, que
fueran elegidos por el pueblo, dando así participación a los miembros que
conformaba la nación.
Los sistemas económicos, también han sido protagonistas de la
consolidación del concepto de democracia, con el afianzamiento del capitalismo
a nivel mundial como sistema económico, la democracia se replanteó y sufrió
duros golpes por parte de grupos y movimientos sociales que cuestionaban su
real efectividad como sistema para hacer prevalecer los derechos y la
participación de las masas, la crítica en especial se le daba al sistema, por estar controlado
por un grupo segmentado de elites con interese particulares, lo que dio cabida
a la histórica mala fama de la clase política, debido a escándalos relacionados
con la corrupción, pocas o nulas políticas públicas encaminadas a mitigar las
problemáticas sociales, desigualdad, inequidad, entre otros, que prevalece en
especial en regiones del mundo, dentro de las cuales se encuentra América
Latina.
Para
Alain Tourraine la democracia debe ser comprendida como un constructo teórico;
como tal es ajena a los modelos de
gobierno, sin embargo, existe una idea implícita tras el concepto,
Tourraine sostiene que la democracia sólo se construye cuando todos los
derechos del hombre están garantizados, de allí se desprenden tres dimensiones
claves que sostienen al régimen democrático: A) respeto por los derechos
fundamentales B) representatividad de los gobernantes y ciudadanía C)
limitación de los poderes y la elite política, en las democracias occidentales
es extraño poder observar que estos elementos se den con igual fuerza.
A pesar de los muchos tropiezos, la democracia en América
Latina según la investigación de Scott Mainwaring y Anibal Pérez Liñan, Nivel
de Desarrollo y Democracia: El excepcionalísimo Latinoamericano (1945-1996): comenzó
a extenderse en cierta medida a finales de la década de 1950 y principios de la
década de 1960. Durante la década de 1970 toco fondo a los regímenes y
gobiernos autoritaristas y tuvo que resurgir sin precedentes durante la década
de 1980, lo que comprueba que en América Latina comenzó la democratización a finales de la década de
los 70 y se estabilizó en la década de 1999.
Una
historia muy reciente, que aún se construye como para ser ubicada con éxito
dentro de la aparente utopía del concepto.
Democracia en Colombia
En
Colombia, la democracia está marcada por un panorama político sombrío que en su
historia reciente estuvo marcada hacia la década de los años 50, por la
conformación del Frente Nacional, que consistió en la coalición de los partidos
conservador y liberal, por la distribución de los gobiernos venideros en
Colombia.
Es
importante tener en cuenta que el contexto del Frente Nacional estuvo enmarcado
por la Guerra Fría, y aunque quería devolver la democracia, durante este
periodo se acentuaron las represiones contra las disidencias políticas y se
dedicó a controlar y cooptar la empatía de los sectores populares y de las
clases medias emergentes, a través de redes de clientelismo. La iglesia y las
fuerzas armadas mantuvieron un papel protagónico. El periodo del Frente
Nacional se caracterizó por ser fuertemente anticomunista. Poco a poco este
sistema de coalición partidista se desgató y no fue ajeno a las influencias de
la corrupción. Los gobiernos del Frente Nacional se preocuparon por combatir la
violencia y por neutralizar el auge de los movimientos insurgentes de
izquierda, aunque sin mayores resultados, pues fue durante este periodo que
aparecieron los movimientos guerrilleros más importantes, como es el caso de
las FARC, el ELN y el M-19. También durante este periodo se intentó varias
veces llevar a cabo una reforma agraria con el fin de repartir pequeñas
parcelas a campesinos, pero el proceso fue lento y poco eficiente. [1]
Los
movimientos surgidos en esta época dieron paso al conflicto armado en Colombia
que se ha extendido hasta la actualidad, llevando a las diferentes regiones del
país, no sólo problemas graves de violencia, pobreza, desigualdad, inequidad,
sino sumándolo en una guerra en la que ha permanecido durante más de 40 años,
cobrando víctimas civiles e inocentes.
De
este proceso y especialmente de la debilidad del estado por promover políticas públicas
que mitigaran las necesidades de la población, así como el respaldo y el deber
de proteger y dar seguridad a la ciudadanía, surgieron nuevos movimientos al
margen de la ley, como el paramilitarismo, con el objetivo de contrarrestar las
acciones de los grupos guerrilleros, creando un panorama violento, poco
propicio para acciones democráticas.
Pobreza y desigualdad
Si
el panorama democrático del país se escribe con tintas negras, los resultados
de las políticas públicas ineficientes, presencia precaria del estado en zonas vulnerables
y regiones del país, el poco acompañamiento y seguridad a los ciudadanos y en
gran medida la corrupción han dado contra la pared, los índices de desarrollo
ubicando a Colombia como uno de los países más desiguales del mundo.
Producto
de la inestabilidad del país y la falta de credibilidad en sus instituciones,
Colombia presenta una desconfianza elevada de sus habitantes, que a su vez
padecen la falta de planeación concertada de estrategias que impacten
eficientemente las necesidades reales de
sus comunidades.
Como
ya lo decíamos en el ensayo, según Tourraine la democracia sólo se construye
cuando todos los derechos del hombre están garantizados y en este sentido Colombia no posee en muchos casos los mínimos requeridos.
Concepto de desarrollo una mirada hacia
la globalización
Si
bien el mundo atraviesa por una especie de época de bonanza en la que la
industrialización, la innovación y las nuevas tecnologías acortan pasos
agigantados hacia un nuevo sistema de información y comunicación entre las
naciones, no es el desarrollo basado en la igualdad y el equilibrio lo que
llevan arriba este sistema, es muy por el contrario una brecha que distancia a
países y regiones enteras, las que marcan la pauta del panorama mundial,
relegando a millones de personas a vivir en la pobreza extrema, mientras otro
grupo minoritario goza de las mieles de los recursos del mundo.
Tal
como lo dice el reconocido economista Amartya Sen, el cual señala que el mundo
en el que vivimos es al mismo tiempo notablemente cómodo y absolutamente pobre...
[y] La contemporánea presencia de opulencia y agonía
en
el mundo que habitamos hace difícil evitar interrogantes fundamentales
sobre
la aceptabilidad ética de la organización social predominante y sobre
nuestros
valores, su relevancia y su alcance (Sen, 2002: 11).
El
sistema global se caracteriza por preservar patrones de desigualdad entre
regiones y países, así como en el interior de ellos. El índice de desarrollo es
una medida-resumen que permite diferenciar los avances que van logrando las
distintas regiones del sistema mundial, los países y en el interior de cada uno
ellos, con relación a algunas capacidades humanas sin las cuales muchas otras
permanecen inalcanzables, como es tener una vida larga y salud, acceso al
conocimiento y los ingresos para tener una alimentación adecuada. En ese
sentido, destacan las marcadas desigualdades de desarrollo entre las regiones,
pues mientras que en el norte de América se alcanza el mayor desarrollo humano
con un índice de 0,952 y en los 27 países de la Unión Europea de 0,937
(ya
cerca de la meta que es 1,00), África se ubica a pocos menos de la mitad
de
esas regiones con un índice de 0,547, seguida de Asia con 0,724 y América
Latina
y el Caribe con 0,821.[2]
Con
el nacimiento del concepto de desarrollo y su mirada inicial hacia la
comparación en términos del crecimiento económico de los países, surgieron nuevos debates sobre el papel del
estado en el fortalecimiento social de la nación.
El
contexto en que surge el concepto del desarrollo ha marcado decisivamente sus
contenidos hasta nuestros días. La idea que se identifica con el desarrollo no
nace de hacerse la pregunta: ¿Qué debemos hacer?, sino que partió de una doble
consideración. La primera, dar por sentado que la experiencia de los países
desarrollados era el punto de referencia obligado para el resto de los países:
el desarrollo no era objeto de discusión, simplemente se identificaba con los
resultados conseguidos por dichos países. La segunda, que la emergencia de los
nuevos países independientes puso de manifiesto las débiles estructuras
económicas creadas durante la época colonial y las dificultades que enfrentaban
para conseguir que sus economías prosperasen: era necesario hacer algo para que
estos países encontraran la senda del desarrollo. El desarrollo se convirtió en
un pilar de la reconstrucción del orden internacional, pero tuvieron más
importancia las consideraciones estratégicas y los intereses de las potencias
que los de los países que más necesitaban el desarrollo.[3]
Aunque
el enfoque inicial habla de una comparación sistemática con el crecimiento
económico de los países con relación a los países industrializados, fueron las
nuevas concepciones de desarrollo que buscaban un acercamiento más desde la
parte humana y social lo que marcó la pauta para los nuevos conceptos.
Surgen
entonces varios conceptos desarrollo:
Por
desarrollo sostenible entendemos el proceso mediante el cual se satisfacen las
necesidades económicas, sociales, de diversidad cultural y de un medio ambiente
sano de la actual generación, sin poner en riesgo la satisfacción de las mismas
a las generaciones futuras, según el
Informe Brundtland (1987) realizado por
la Comisión Mundial de Medio Ambiente y Desarrollo de Naciones Unidas.
Por
su parte el PNUD define el desarrollo humano como las acciones que buscan
garantizar el ambiente necesario para que las personas y los grupos humanos
puedan desarrollar sus potencialidades y así llevar una vida creativa y
productiva conforme con sus necesidades e intereses. Esta forma de ver el
desarrollo se centra en ampliar las opciones que tienen las personas para
llevar la vida que valoran, es decir, en aumentar el conjunto de cosas que las personas pueden ser
y hacer en sus vidas.
Según
Manfred Max Neef en su libro Desarrollo a Escala Humana, conceptos,
aplicaciones y algunas reflexiones, el desarrollo a escala humana se define como
la sustentación de la satisfacción de las necesidades humanas fundamentales, en
la generación de niveles crecientes de auto dependencia y en la articulación orgánica
de los seres humanos con la naturaleza y la tecnología, de los procesos
globales con los comportamientos locales, de lo personal con lo social, de la planificación
con la autonomía y de la sociedad civil con el Estado.
El panorama de Colombia
De
acuerdo con el informe anual 'El ascenso del Sur: progreso humano en un mundo
diverso' presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo
(Pnud) en el 2013, Colombia se ubica en el puesto 91 entre 186 naciones que
hacen parte del análisis como una de las naciones más desiguales, con un índice
INB percapita de 8.711.
Como
conclusión del análisis obtenido de los puestos ocupados entre los países
investigados, América Latina sigue siendo la región más desigual del mundo en
la distribución del ingreso.
Los
países de América Latina y el Caribe incluidos en el estudio son 33 en total. Países
como Argentina (45), Bahamas (49), Barbados (38), Chile (40), se encuentran en
puestos más privilegiados con respecto a Colombia.
Este informe contempla
por ejemplo, aspectos como Longevidad, medida en función de la esperanza de
vida al nacer, nivel educacional, medido en función de una combinación de la tasa
de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matrícula combinada de primaria,
secundaria y superior, nivel de vida, medido por el PIB real per cápita (PPA en
dólares).
Conclusión
La
memoria histórica de Colombia está
marcada por las luchas que durante décadas ha tenido que enfrentar para
hacer prevalecer en su población la libertad, la democracia, el respeto por los
derechos y las oportunidades en torno a su desarrollo.
Tal
como lo describimos en este ensayo, los colombianos no tienen credibilidad en
sus instituciones, como representantes de los intereses del pueblo debido a
largas luchas en contra de la corrupción, lo que ha derivado en conflictos
armados, organización de grupos ilegales y al margen de la ley, que a su vez han
infundido violencia, desigualdad y pobreza en las regiones, como producto de
una toma coercitiva de importantes zonas rurales e incluso urbanas.
Las inestables
políticas públicas que definen el camino social y la cobertura de necesidades
básicas de los colombianos son también uno de los puntos débiles y de mayor
relevancia en la incidencia del paupérrimo desarrollo humano de Colombia con
respecto a otros pares de América Latina.
La
pobreza y la desigualdad en el país no son sólo la suma de sus conflictos es
también la desidia que por años el gobierno ha tenido con el pueblo y el desinterés
por promover educación, acceso a suplir necesidades básicas y un intento más contundente
por fomentar la participación en movimientos, espacios participativos y sociales,
como estrategia de desarrollo.
El
clientelismo y la corrupción han tomado importantes escenarios nacionales,
desde instituciones, alcaldías, hasta el ejecutivo, sin embargo y pese al
aparente panorama negativo, se han abierto espacios de diálogos con grupos al
margen de la ley, para dar cabida a nuevas formas de superar el conflicto.
El
actual panorama del Conflicto armado en medio del proceso de paz dibuja lo que
por primera vez sería la posibilidad de acceder a zonas en las que el estado
tenía poco o ningún acceso, así como el fomento de la producción y uso de
recursos, aunque a su vez plantea el reto de crear y establecer políticas
inclusivas que integren a todos los actores sociales, para fomentar el desarrollo
social.
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[2]
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ISEGORÍA. Revista de Filosofía Moral y Política N.º 43, julio-diciembre, 2010,
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[3] Dubois Alfonso ”UN CONCEPTO DE DESARROLLO
PARA EL SIGLO XXI” Doctor en Economía, Universidad de Deusto, País Vasco,
España. Docente-Investigador, Universidad Deusto
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