Chocó


En la pasada inauguración del 52 Festival de Cine de Cartagena, se presentó la película Chocó del cineasta colombiano Jhonny Hendrix Hinestroza; la película, muestra el drama de una mujer chocoana  madre de dos hijos, que convive con un marido holgazán que la golpea, abusa de ella y todo el tiempo la utiliza sexualmente.
Chocó quien lleva el nombre de su región, muestra las travesías que las mujeres tienen que pasar para sostener a su familia, armada de una palangana ella se encarga de buscar oro en minas clandestinas, mientras que le saca el paso a los embates diarios de la pobreza, la discriminación y la marcada segregación de género que mantiene sus raíces fuertes y arraigadas en el pacifico colombiano.
Toda esta introducción sobre el trama de la película la hago porque durante la presentación en el Festival hubo varias escenas que me sorprendieron mucho y más que la película misma, la reacción del público masculino asistente.
En una de las escenas la hija menor de Chocó quien esta de cumpleaños le pide de regalo a su mamá una torta, un pastel de cumpleaños para celebrar su día, Chocó, quien durante toda la película se muestra como una madre protectora y consentidora con sus hijos toma el deseo de la niña y trata de hacerlo realidad, pese a los costos de la torta, su falta de trabajo y la negligencia del holgazán de su marido quien incluso la roba, antes de que pueda reunir el suficiente dinero para comprar el pastel.
Es en este momento que aparece un paisa, grosero y morboso que le ofrece venderle la torta a cambio de lo que él llama “la suya” en pocas palabras a cambio de que se acueste con él, objetivo que logra tras los tropiezos que debe enfrentar Chocó, quien se queda sin trabajo, mientras su hija insiste en su regalo de cumpleaños.
Si hubo algo más incomodo que la escena de Choco acostándose con el tendero del barrio a cambio de “la torta” fue la risa inquieta, descarada y permanente de los hombres que me rodeaban en la inauguración del Festival, al mirar a mi alrededor y ver lo cotidiano que les parecía la escena pensé que más que doble moral estaba frente a un caso típico de machismo, que lejos de ser una escena de película es la cotidianidad no sólo de las mujeres del Chocó, como Chocó, sino de muchas otras que encuentran en el absurdo camino la oportunidad de suplir sus necesidades a cambio de su cuerpo y un poco más que su dignidad.
La verdad me chocó la risa de los asistentes, que mal ejemplo señores.

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