Sin Palabras :O

Comienzo así, porque no hay forma de explicar cómo es posible encontrarse por casualidad a un personaje que habitando en los terrenos populares de la plazoleta Telecom de Cartagena, tan cerca de la champeta como de sus pies, escucha trance y vibra con los extrovertidos sonidos electrónicos.
Escondido de sus amigos, solo y envuelto en la pasión de su secreto, regocijado de su hazaña, porque escapó de las miradas, del prejuicio y de la rara noción humana de que lo que tenemos alrededor es la única verdad, fue capaz de trascender en el tiempo, el espacio y hasta en la cultura, por eso merece no sólo que lo escriba sino que lo detalle:
Su cuerpo se movía en medio de una construcción artesanal, maderas pegadas una a una con clavos seguramente oxidados por el paso del tiempo, son viejas, lo sé, no por lo que vi en ese momento, es que cartagenero que no conozca este sitio (plazoleta Telecom) no conoce nada, se niega así mismo, porque le da la espalda a su esencia, a los negros a los blancos, a los de colores, a todos…
Realmente no lo vi, iba distraída, lo escuché, pero no hace falta describir cómo estaba vestido, ni cómo era, me basta con saber que tiene pantalones y porque quiero diré que eran negros, que tenía una camisa plateada, que brillaba, y hasta una cadena “Guchi” de esas que hacen sentir pupi, hasta el más olayero (Olaya es un sector supremamente popular de Cartagena)
Lo admiro, disfrutó pecaminosamente de sus pasiones, no le importó bailar, tal vez fumarse algo…Volví y ya me sentía como en la China, como full bacana ;)

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